Uso de sistemas de monitoreo electrónico para evaluar la captura incidental de aves y mamíferos marinos en la pesquería industrial demersal sur austral (PDA) / Jorge Eduardo Stillman Cid

Incluye anexos.

Título profesional Biólogo Marino. Universidad de Valparaíso. 2023.

Bibliografía: hojas 60 - 71

En Chile, se han descrito muertes por pesca incidental en pesca de arrastre para
diversas especies de aves marinas tales como el pelícano peruano (Pelecanus thagus),
albatros de salvin (Thalassarche salvini) (ATFChile 2013), petrel gigante antártico
(Macronectes giganteus) (Céspedes et al. 2012), petrel plateado (Fulmarus glacialoides),
petrel damero (Daption Capense), fardela negra gigante (Procellaria aequinoctialis)
(ATFChile 2013), fardela blanca (Puffinus creatopus) (ATFChile 2013), gaviota dominicana
(Larus dominicanus) y el más frecuente, albatros de ceja negra (Thalassarche melanoprys)
(Suazo et al. 2014, IFOP 2017;2019;2020) que tiene en el territorio nacional una de sus
principales áreas de reproducción (Suazo et al. 2014) y es el albatros más abundante en el
hemisferio sur (SC-CCAMLR 2006, Sullivan et al. 2006). Para esta especie en particular,
Robertson et al. (2014) estimaron una mortalidad de 400 individuos de albatros de ceja negra
por año para la flota de arrastre industrial de la PDA a partir de la observación de 122 arrastres
entre agosto del 2011 y mayo del 2012. Asimismo, el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP)
para esta pesquería estimó capturas para 4047 aves de 12 especies diferentes en el año 2017;
siete especies de albatros, dos de farde las y tres especies de petrel es (IFOP 2021 ), siendo
nuevamente el albatros de ceja negra la especie más capturada. Muchas de estas especies
enfrentan hoy peligro de extinción debido a la captura incidental (Tasker et al. 2000, IUCN
2022).
Respecto a mamíferos marinos, esta pesquería interactúa particularmente con
pinnípedos (focas, lobos marinos, morsa). En Chile se ha reportado captura incidental de dos
especies de lobos marinos, el lobo marino común (Otariajlavescens) y el lobo fino austral
(Arctocephalus australis) (Reyes et al. 2012, Ifop 2021, Punt et al. 2021) a una tasa de
captura de 6.3 individuos por día de trabajo (Reyes et al. 20 12), con un índice de mortalidad
por captura incidental del 65.7% (IFOP 2020). Punt et al. (2021) estimó una captura
incidental de 244 lobos comunes y 97 lobos finos australes en la PDA entre los años 2010 y
2019. Por su parte, el informe anual de captura incidental de IFOP (2019) reportó 89 lobos
marinos capturados el 2017 para la PDA en conjunto (hielera y arrastre) y estimó la captura
total en 179 individuos al año para el 2021.
Estudiar los efectos de la captura incidental sobre el crecimiento poblacional de aves
y mamíferos marinos es de vital importancia para su conservación. En la actualidad se sabe
muy poco de los efectos concretos sobre las poblaciones, ya que a pesar de que se cuenta con
evidencia de la captura incidental de estos grupos, gran parte de la ocurrencia y el efecto real
sobre las poblaciones permanece desconocido, principalmente debido a que estos eventos
ocurren en alta mar y a que muchos eventos no son documentados (Anderson et al. 2011 ).
Sabemos, sin embargo, que el bycatch es el principal impulsor de la disminución de las
poblaciones de varias especies de aves y mamíferos marinos. (Heppell et al. 2000, Lewison
et al. 2004), pero las dificultades para acceder a las colonias donde habitan o se reproducen
los animales, la nula información respecto a la tasa de mortalidad post liberación, o del efecto
que esta tenga en crías y parejas reproductivas hacen que los efectos reales de la presión
pesquera sean difíciles aún de estimar (Anderson et al. 2014). Asimismo, cambios en las
dinámicas de estas poblaciones no solo podrían atraer problemas de conservación para las
especies, incluso podrían provocar cambios indirectos en la dinámica trófica de los
ecosistemas. Por ello, es crucial cuantificar de la manera más acabada posible el bycatch de
estas poblaciones, que permita tomar decisiones de manejo adecuadas y garantizar la
protección estas especies y sus ecosistemas (Anderson et al. 2011)